¿Qué encontrarás en este artículo?
LA CONFESIÓN
Empiezo este post soltando a pelo una confesión muy íntima. Me gusta mirar. Sí, mientras otros lo hacen. ¿Sabéis ese placer que te recorre la espina dorsal al ver cómo otra persona toma el control? ¿Esa excitación al observar cómo otros pueden hacer lo que tú no te atreves? Pues yo lo necesito. No concibo hacerlo si no es mirando a otros.
Es así. Me gusta mirar. Llega un videojuego nuevo a casa y me estremezco de la emoción. No cualquiera, claro. Cada uno tiene su género favorito. A mí, los que más me gustan son los de miedo y acción, los que te hacen apretar las piernas y soltar algún grito de cuando en cuando. Lo reconozco: Me encantan. Y, además, sé que no soy la única. Hay varios tipos de voyeurs-gamers, y yo os voy a hablar de dos prototipos: el chico de la máquina y la chica del sofá.
EL CHICO DE LA MÁQUINA
Un chico tímido, algo misterioso, que llega al salón recreativo (el «recre» de toda la vida, ese comercio repleto de máquinas para jugar a Street Fighter II, Donkey Kong, Pang, Golden Axe, etc.). O quizás el chico no llega, quizás ya estaba. Con sus 5 duros (sí, me hago mayor) puede hacer dos cosas: jugar él o proponértelo a ti. Y te lo propone. A ti. Quiere verte hacerlo.
Jugar delante de un voyeur-gamer puede tener distintos efectos. A algunas personas les pone nerviosas, y es comprensible. A otras, les genera un estado de excitación mental al sentir la tensión de ser observado. Es una presión especial por hacerlo bien, pero que puede conllevar también una cierta complicidad. Generalmente, el voyeur-gamer te apoya, quiere que lo consigas. Que le lleves a niveles donde no le han llevado otros.
Y, ah, el último puzzle, el monstruo final, el clímax del juego. Ahí se entregará y lo dará todo para que llegues hasta el final. Y puede que no sea el único. Al final, el sitio en el que estás es un salón recreativo. Es lo que la gente ha ido a hacer: quieren recrearse, ¿no?
LA CHICA DEL SOFÁ
Como para todo, siempre hay preliminares:
– Ejem… Parece que van a sacar un nuevo juego…
– (*Contiene la respiración*) …
– ¿A que no sabes de qué saga?
– Ay… No. ¿Cuál?
– ¿Quieres que te dé una pista?
– ¡Buf! ¡Vamos! ¡Dímelo ya!
– Resident…
– ¡Oh!
– … Evil.
– ¡Sí!
Me consta que hay otras formas de voyeur-gamerismo en los que el voyeur-gamer se mantiene siempre a distancia, sin intervenir en ningún momento. Yo debo confesar que si tengo la posibilidad de tocar algo, la actividad es mucho más placentera. Yo no juego, yo miro. Pero, de vez en cuando, en un momento dado… Pruebo. Cojo el mando. Muevo. Sólo un poco. Y torpemente, lo reconozco, porque falta esa experiencia. Al final, es como si cada vez que jugara fuera la primera vez.
Otra cuestión importante de la chica del sofá es que es celosa. Sí. Puede que nunca haya cogido el mando. Puede que nunca se haya entregado al 100%. Pero ese videojuego no se toca si no está ella delante. Está prohibido. Subir de nivel a espaldas de la voyeur-gamer está considerado infidelidad. Eso no se hace.
LA INSTITUCIÓN
Hay cosas que se pueden hacer a solas. Por ejemplo, mirar la biblioteca de Steam de otro es porno puro. Con cuántas alternativas se pueden fantasear haciéndolo. Sin embargo, al parecer, hace más de 5 años que el voyeurismo videojueguil ya es una institución oficial. Los que compartimos estos gustos ya no tenemos que avergonzarnos por ello ni escondernos (que tampoco es que lo hiciéramos, ojo). Ahora existen plataformas (Twitch, por ejemplo) para ver en directo a otros usuarios jugar al videojuego que nos interese.
Supongo que no os sorprenderá saber que en los últimos años se ha considerado una de las mayores fuentes de tráfico de internet en EE.UU. Sí, igual que lo otro que tenéis en mente. Lo que yo os diga… Al final, va a ser que no soy tan rara…
Y vosotros, ¿queréis hacer alguna confesión? ¿Conocéis a «un amigo» (ejem) que también es voyeur-gamer? Podéis contármelo, yo os comprendo…
PD: Gracias a mis compis de la Redacción de El Cornetín de Góndor por inspirar este post. Chicos, ¡me encantan nuestras conversaciones absurdas!
PD2: Los prototipos son generalizaciones. Los del post no necesariamente son chico y chica. Bueno, son chico o chica seguro, los gatos y los perros aún no entran en la categoría de voyeur-gamer. Bueno, algunos, como Luke, igual sí…
Yo! lo confieso, me gusta mirar desde la comodidad del sofá e ir dando órdenes…
Ay, voyeur y dominatrix gamer… Menuda eres!! XD
En los juegos de pc/consola ya hace tiempo que no, que prefiero que me miren… pero ir descubriendo la mecánica de un juego de mesa que desconoces simplemente echando vistazos «inocentes» y alguna pregunta… Sutil… Oh! Me está dando morbo a mi también 😂
Me llamo la madre del pollo, tengo 40 años y he de confesar que tb soy voyeur-gamer. A veces en el sofá, otras desde una silla del comedor y la mayoría desde la cocina por el rabillo del ojo mientras hago las cenas. No puedo evitarlo. 😂😂😂
Yo tuve mi tiempo de voyeur-gamer. Vaya miedo pasé con Resident Evil (no me acuerdo que parte) Yo ya oía los zombis de lejos antes de que entraran en escena. Pero ahora no tengo ni tiempo para eso. Raúl juega sólo en el salón y yo trabajo en el ordenador sniiiif. Y cuando tenemos un poco de tiempo para hacer algo juntos vemos una serie derrotaos en el sofá. Que mala es la paternidad-maternidad con estos dos terremotos jajaja
Yo lo he vivido en mis, entonces, prietas carnes.
Era una máquina jugando al Pang (si… Que le vamos a hacer, soy así de simple) y más de una vez me pagaban las partidas para verme jugar, por detrás…
Yo feliz porque me encantaba ese juego y las partidas me salían gratis y además hacía feliz a algún/a voyeur-gamer.
Luego descubrí que la mayoría tomaban ciertas sustancias que les hacían flipar viendo las bolitas subir y bajar… Que cosas!
Un besote guapa
Yo soy más bien de escuchar, últimamente me bajo podcasts de partidas de rol – los últimos de La Llamada de Cthulhu – y me dedico a escucharlos cuando tengo un ratito tranquilo.
A veces se me escapa la risa por la partida y todos me miran raro 😀
Aunque soy un gamer confeso, también he tenido mis momentos voyeur. Con mi hermano me gustaba jugar al Silent Hill, el jugaba y yo le iba dando pistas cuando hacían falta.
También he sido el de los recreativos aunque siendo tímido nunca me habría atrevido a darle cinco duros a nadie para verle jugar.
El Silent Hill, qué juegazo para un voyeur…!!
Ya,realmente lo de darle dinero a otro sería una mezcla interesante entre timidez y osadía. Pero los había. 🙂
[…] me encantan los videojuegos. También os he dicho que sobre todo me gusta mirar y soy voyeur-gamer, pero en el caso de las aventuras gráficas, prefiero tomar el control del acto […]
[…] Así, un nombre épico. Como “El último mohicano”. O “La última cena”. Éste sería más apropiado, por lo del referente culinario (y porque también tiene su punto dramático). O, pasando al inglés, “The Last of Us”, que pega más con el espíritu friki de este blog (por aquello de que es un videojuego de los que, por cierto, me gusta mirar, porque soy voyeur-gamer). […]
[…] de mi recorrido friki: fantasía, ciencia ficción, videojuegos (como voyeur-gamer), series y películas, juegos de rol… y lo último serían los juegos de mesa, que descubrí […]
A mi me daban los cinco duros para verme jugar al Tekken y el street Fighter, como de voyeur/sumiso de recreativo y lo que me gustaba a mi, ni te cuento. Me gusta más jugar que mirar, lo confieso, soy de las del mando para mi y tu si quieres eres mi segunda pantalla. Un buen voyeur hace la partida mucho más emocionante 😉
Jajaja Coincido, aunque en mi caso, la voyeur soy yo. XD