Del colegio a las actividades extraescolares. De las extraescolares, a casa. Del trabajo a casa y de casa al trabajo. A penas paramos. No pasamos prácticamente nada de tiempo disfrutando en el exterior, al aire libre. Disfrutando de la naturaleza. Siempre entre cuatro paredes. ¿Y si pudiéramos recuperar ese espacio y disfrutar de él en familia?
¿Qué encontrarás en este artículo?
ACTIVIDADES AL AIRE LIBRE
Muchas veces queremos que nuestros hijos e hijas realicen actividades extraescolares. Algo de deporte, que hacer ejercicio es bueno. Música, que dicen que para el desarrollo cerebral es importante. No pueden dejar de ir a inglés, porque saber inglés es importante para su futuro.
Pero, ¿cuándo tienen tiempo para jugar? Si, ya sé que tienen la última consola, muchos juegos de mesa, de construcción, etc. Pero la mayoría del tiempo están con luz artificial, en una habitación o una sala. ¡Con la de cosas que se pueden hacer al aire libre!
Pasar tiempo en los parques es importante también en su desarrollo. Subirse y dejarse caer por un tobogán. Subirse a los columpios para pasar un rato divertido. Ese vaivén, en el que primero participamos las personas adultas empujando y después, vemos cómo aprenden a hacerlo por sí mismos. Aprender a conocer sus límites corporales, superar el miedo a subirse a sitios, trepar… algo fundamental en su desarrollo psicomotor.
También en los parques aprenden a compartir con otros niños y niñas, a esperar su turno en la cola para poder subirse. También van teniendo que resolver esos pequeños conflictos que surgen en cualquier parque. Habilidades socioemocionales que tienen que poner en práctica.
Y a las personas adultas nos trae recuerdos de cuando teníamos esa edad. Si además, eres de esas personas que tiene una actitud lúdica, seguro que también todavía te quedan ganas de disfrutar y te subirás a esos columpios.
Tienes aquí un artículo con más ideas para hacer al aire libre, por si te quedas sin opciones.
DISFRUTANDO AL AIRE LIBRE
También podemos estar disfrutando del exterior sin hacer nada. Porque tenemos que valorar el no hacer nada. Y no sentirnos culpables por estar «perdiendo el tiempo». No tenemos que ser productivos durante todo el tiempo.
Disfrutemos de caminar por la naturaleza, observar lo que nos rodea. Respirar aire puro y conectar con el entorno. Comer con gente cercana al aire libre, hacer un picnic. O solo y simplemente, si tenemos la oportunidad, tumbarnos en una hamaca, disfrutando del paisaje. Dejarte llevar por su movimiento, mientras miras a las nubes y que sus formas traigan a tu imaginación diferentes objetos o animales. Sin pensar en nada más que en el aquí y ahora.
CONCLUSIONES
Tenemos poco tiempo en esta vida que llevamos. No vivimos la vida, nos pasa por encima. Tenemos que darnos cuenta de que tenemos que vivir más el presente y disfrutar del momento. Salir al exterior. Que los niños y las niñas tengan más momentos de ocio y al aire libre, que tanto les favorece en su desarrollo. Que conecten con la naturaleza. Que jueguen fuera de cuatro paredes.
Y nosotras, como personas adultas, démonos el privilegio también de disfrutar, de desconectar del día a día. Nuestra salud mental nos lo agradecerá.
Si podemos pasar ese tiempo compartido con otras personas y disfrutar de manera conjunta, generará buenos recuerdos. Sentiremos placer y querremos repetir, disfrutando en el exterior. Y así lo convertiremos en un hábito. Un hábito saludable.