Vuelta a la rutina: respira, piensa, elige y… JUEGA

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Hace ya cosa de un año o dos ya dije que yo soy lo que La Psicomami define como “septiembrera”. Para mí, aunque oficialmente el año empieza en enero, en la práctica, mi ciclo anual comienza y termina en septiembre. Y es así. El parón de agosto es más largo que el de diciembre. Implica mayor cambio. Implica, de hecho, en mi caso, un gran viaje. Este año, me ha implicado viajar a Malasia y Singapur con niños, que no es poca cosa (ya os hablaré de ello próximamente). Y la vuelta a casa, la vuelta al cole y la vuelta a la rutina en septiembre es algo que, inevitablemente, nos afecta. Así que en este artículo vamos a hablar de cómo superar el estrés de la vuelta a la rutina. O, más bien, de no liarla comprando compulsivamente. Ahora os explico.

EL ESTRÉS DE LA VUELTA A LA RUTINA

Hace poco fui a un evento de eBay precisamente sobre la vuelta a la rutina, en el que nos comentaban que 1 de cada 3 millenials consideraban esta época de septiembre como una de las más estresantes del año. El dato me sorprendió, pero por bajo. También es verdad que no tengo muy claro cuál de las múltiples definiciones de “millenial se utilizó para el estudio, porque en algunas estoy yo y, en otras, no (y, oye, me interesa saber lo que soy o dejo de ser).

El caso es que me sorprende que la mayoría de los jóvenes-adultos (técnicamente, los que nacieron entre los 80 y los 90) no consideren la vuelta a la rutina como una etapa especialmente estresante. Hablamos de personas entre 28 y 38 años, es decir: han terminado los estudios, probablemente están trabajando o buscando trabajo, en septiembre vuelven de vacaciones, algunos tienen hijos y encima sus hijos empiezan el cole. Para mí, definitivamente, hay motivos para pensar que 3 de cada 3 podrían estar estresados/as en esta época. Pero igual soy yo, oye, que un poco de ansiedad sí que tengo en mi vida.

Eso sí, es muy divertido, porque también dan otro dato. Ojo. El 60% de los jóvenes (lo de “jóvenes” no sé si se refiere a millenials o qué, porque jóvenes creo que va hasta los 30 años y yo ya empiezo a perderme con las edades), para hacer más llevadero el estrés de la vuelta a la rutina, se lían a comprar. Cosas. Un poco como en las películas, que alguien está estresado/a y decide salir de compras y a comer helado de chocolate. Pues eso. Aquí tampoco me cuadran las cuentas, porque aunque solo 1 de cada 3 lo considera muy estresante, ahora casi 2 de cada 3 hacen compras para desestresarse. Sé que estoy liando el argumento, pero tiene un sentido. Básicamente: que cualquier excusa nos vale para darnos un capricho. Y os conozco. Y veis el escaparate de juegos y os descontroláis. Pues… relax.

KEEP CALM & PIENSA LO QUE COMPRAS

Con respecto a este dato, yo he de decir que soy muy mala compradora, pero en el buen sentido. Por poner un ejemplo, hace poco comenté en redes que he estado en Intergift 2018 (una Feria de decoración y regalos). Allí, me pude pasar por el stand de varias empresas de merchandising friki licenciado (Harry Potter, Justice League, Star Wars, etc.) y, especialmente, por el stand de la editorial de juegos de mesa Djeco. Lo que viene a ser una explosión de incentivo visual (y táctil, y auditivo… ya os contaré) para los sentidos lúdicos. Uno de los comentarios de un lector fue “Yo me lo habría comprado todo”.

Pues bien, quitando que era una feria para profesionales, yo soy de esas personas que pueden ver toda una estantería de productos que deseo inmediatamente uno a uno y, sin embargo, salir tranquilamente sin pensar siquiera si llevo o no dinero en el bolso (o si tengo algo en el banco). En el evento del que os he hablado de la vuelta al cole de eBay (cole, rutina o lo que sea que aplique), nos comentaron la importancia de realizar en esta época una “compra consciente“. Que viene a ser, en mis palabras, el siguiente proceso mental:

  1. Respira. Piano. Párate. A ver. Controla el impulso de comprar. Que sabemos que es muy bonico, pero… Frena. ¿Te hace falta de verdad?
  2. ¿Seguro? Mira a ver bien…
  3. Vale, si te hace falta, ¿exactamente qué necesitas? ¿Y en qué cantidad?
  4. Importante. ¿Qué presupuesto tienes pensado? Porque no es lo mismo 2 juegos de cartas de 10€ que 2 juegos de mesa con tokens, dados y miniaturas a 40€ cada uno.
  5. Vuelve a pensar: ¿seguro que no tienes algo parecido que cubra esa necesidad? ¿No tienes un juego que es prácticamente igual? ¿Algún otro que puedas adaptar en casa? ¿Uno que compraste como familiar ansias y luego tuviste que guardar, pero puedes sacar ahora?
  6. Vale. Necesitas algo. A lo mejor has quitado cosas. Anótalo. Que quede por escrito lo que necesitas. Que una cosa es ir a la tienda (online o física) con lista de la compra y otra es ir sin ella. Ay, pilluelo/a, que el papel escrito no engaña. Y, menos aún, si lo has escrito tú.
  7. Compara precios. La diferencia de una tienda a otra puede ser del doble del precio (esto lo he visto yo, tal cual, en algunos juegos de mesa).
  8. Disfruta de la compra. Úsalo, juega, cómetelo (si es comestible, quiero decir), pruébalo, hazle fotos, lo que necesites. Que signifique algo. Es dinero que sale de tu bolsillo. Procura que esté bien invertido.

CONSEJOS PARA LA VUELTA A LA RUTINA

En otros artículos sobre este tema como el de Cuéntamelo Bajito o el de La Fábrica de los Peques podréis leer consejos para que la vuelta a la rutina no sea estresante. En sus blogs podréis leer con más profundidad aspectos sobre la relajación, la ausencia de estrés y otras cosillas interesantes como en qué se suele gastar la gente el dinero en septiembre (en juegos no mucho, así que tranquilos, parece que lo que queréis hacer algunas/os cuando veis las publicaciones de esta web está más cerca de lo “consciente” que de lo “impulsivo” y “antiestrés”.

Por dar alguna pincelada, serían claves como: retomar horarios con antelación (que no sea volver de viaje y plantarse en el curro/cole, como hicimos nosotros el año pasado), incluyendo horario de comida, pensar que septiembre es una oportunidad de volver a empezar, iniciar “extraescolares” que nos gusten (como jugar a juegos de mesa o videojuegos chulos), pero siempre planificando las compras con cabeza y no dejándose llevar por impulsos.

En serio. Es imposible tener todos los juegos que se publican. Id a vuestra tienda de cabecera, probad juegos, disfrutad en familia. Acercaos a alguna asociación de vuestra zona (si estáis en Madrid, os recuerdo que tenéis a gente estupenda en la Asociación Cultural Ludiversia, en Rivas, para probar decenas de juegos cada semana). Probad antes de comprar.

CONCLUSIÓN

Este artículo trata sobre la vuelta a la rutina septiembrera, pero también sobre las compras. Y sobre el estrés. Llevamos unos días reincorporados en el día a día normal. ¿Os ha sido tan difícil? (Los que aún estáis de vacaciones tardías, malas personas, no contestéis). Resulta abrumador pensar que tanta gente se pone a comprar en esta época para relajarse, hablando mal y pronto. Pues bien, si compráis a lo loco, que no sean juegos. Los que compréis, que sean de manera meditada. Sois modelo en casa. Si compráis algo, que sea para disfrutarlo, no para amontonarlo (salvo que disfrutéis amontonando, en cuyo caso hablamos de coleccionismo, cosa que también respeto, ojo). Que sea para darle uso. Para hacerlo servir.

Si compráis un juego, divertíos con él. Divertíos en familia. Y, como siempre, aprended juntos. Y, bueno, ya me contáis en redes o por estos lares, qué porcentaje  de vosotros/as resulta que ahora sois coleccionistas

3 COMENTARIOS

  1. La mejor forma de no desestresarse comprando en septiembre es tener muchos gastos 😝 en nuestro caso el seguro del coche (quién se compra un coche en septiembre?) las extraescolares de deporte de ambos polluelos que son trimestrales en pago, y varios extras similares, vamos! Que para sumar juegos estamos 😂 pero sí, es dificil no ver un juego chulerrimo y no querer comprarlo, pero en mi caso da igual la época, menos mal que primero le pregunto a Fer si lo tiene para poder probarlo porque si no…

  2. Es que comprar provoca un subidón inmediato BRUTAL. Y luego igual realmente te toca un pie lo que has comprado. Yo soy mu petarda para comprar porque miro, remiro, comparo productos similares y precios… el parto de la burra. También tengo mis compras compulsivas Claro, que hay cosas necesarias que te planteas mucho y otras cosas en las que te gastas el dinero que te quieres ahorrar en la otra así, tontamente. Pero, en general, lo pienso mucho. Y si me entra algo por los ojos, me aguanto y hago un poco el proceso que comentas. Si además, pasan los días y me sigo acordando pues igual ya le decido. Este punto para mí es ultrarrelevante jaajja. Es que si se me olvida… no era ni tan guay ni tan necesario.

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