Yo soy una persona quejica, no lo voy a negar. Teniendo un padre médico en casa y siendo 5 hermanos, quizás era una forma de reclamar atención (¿?), pero el caso es que soy así. También es verdad, y el parto del Dragón confirmó mis sospechas, que soy, para lo bueno y para lo malo, bastante sensible. Es decir: me quejo, pero es que me duele.
Una de las consecuencias de tener el umbral del dolor tan bajo y quejarme por todo es que me han hecho la prueba de Blumberg 300 veces, siempre negativa. La prueba en cuestión consiste en, estando tumbada, apretar la zona del apéndice (punto medio aprox. entre ombligo y cadera) y soltar de golpe. La idea es que, si hay apendicitis, cuando duele de verdad es cuando se suelta.
La madrugada del 11 de marzo de 2016, embarazada de casi 6 meses, fue la primera vez que, estando en Urgencias, la prueba fue positiva. La apendicitis es una dolencia igual de común dentro que fuera del embarazo: misma probabilidad. Lo cual equivale a preguntarse «¿No podía haber pasado en otro momento, cagonlamar?». Pues sí, porque dado que no me tiro más del 50% de mi vida embarazada (aunque a mi jefe pueda parecérselo), digo yo que bien podía haber sido antes o después de los embarazos. Pero no. Me tocó.
Como es de suponer, conforme avanza la gestación, el resto de órganos le dejan hueco al útero y se van desplazando. (A este respecto, tengo un colega bastante preocupado porque mi estómago va a ser muy muy pequeño para cuando el Tritón esté a punto de nacer.) Se ve que el apéndice hace lo propio «escondiéndose», de manera que el riesgo de perforación y demás complicaciones también es mayor. ¿Me tocó perforación? Sí, me tocó.
Pero, ¿cuándo entré en pánico de verdad? Pues cuando me dijeron que, como el Tritón era demasiado pequeño, me ponían una inyección para madurar sus pulmones… por si acaso. Y es que estaba teniendo contracciones regulares, según me dijeron, debido al dolor y la infección, que podía desencadenar que, cuando me despertase de la anestesia general (la más segura, me dijeron, para mí y el protobebé), me hubieran sacado no sólo el apéndice sino también el niño. ¿Nos tocó? No, afortunadamente no. Pero tened por seguro que lo primero que hice al recobrar el conocimiento fue, a pesar del grito de advertencia de un sanitario que pasaba por allí, llevarme la mano a la tripa recién abierta y cosida hasta que noté al Tritón moverse. Ahí estaba.
Todo en orden: apéndice fuera, bebé dentro.
Después de la operación, todo es cuestión de paciencia. MUCHA paciencia. El tema es que parece ser que el cuerpo humano es sabio y gestiona sus limitados recursos con criterio, a saber:
- Gestar bebé,
- Cicatrizar costuras,
- Resto de funciones (respirar, andar, hablar…).
De ahí que la recuperación sea mucho más lenta y ponga a prueba la tolerancia a la frustración de personas como yo, que no servimos para estar de baja. Un mes. El horror.
En definitiva, esta «estupenda» experiencia me ha servido para varias cosas:
– Seguir viva junto con el peque. Que oye, mola.
– Crear un reservorio extra de paciencia, que buena falta me hará en unos meses.
– Localizar una oportunidad de negocio en el sector sanitario: Por favor, que alguien invente unas grapas elásticas que no rasguen la tripa de la embarazada conforme ésta va creciendo. Gracias.
¿Te sabes el chiste de los militares y las cicatrices? Ese del español que dice «Apendi City»… ¿No? Ya te lo contaré…
Lo importante es que los dos estáis bien, y que el Cornetín no va a tener que buscar una jefa de corrección nueva… 😉
Me lo sé xDD
Jajaja… La Jefa de Corrección tiene trabajo y se tiene que poner las pilas. 🙂
Gracias por tus palabras, LiMaX. 😉
Hablando de esto.. ¿qué tal el portugués? ¿y el inglés? Es que tengo un par de entrevistas internacionales ya en marcha que… 😉
Portugués cero. Inglés ok. XD Vaya redactora de internacional…
Ains madrea,Julia,es que vaya tela que te tuviera que pasar justo embarazada. Menos mal que ya pasó y estás recuperada. Pero es cierto, que tuvo que ser un rollo lo de las grapas mientras que crecía la barriga.
Muchos besos y a seguir bien
Pues sí, mala suerte, maja. Pero podía haber sido peor… ¡Podría tener 4 cicatrices! 😛
Muchas gracias por comentar, guapa! 🙂
Debio ser un susto tremendo, me alegro que todo haya ido bien.
La verdad es que sí. Un dolor fuerte y muchas contracciones. Cuando te dicen que es apendicitis y que hay que abrirte… bufff… Pero bueno, salió muy bien, afortunadamente. 🙂
¡Muchas gracias! 😉
Anda que, de todas las veces que parecía apendicitis va y tiene que ser embarazada… Ainssss. Experiencia donde las haya! Me alegro de que todo saliera fenomenal. Un besazo
Si es que yo sabía que iba a tener apendicitis alguna vez… jajaja… Qué mala pata. Pero sí, una experiencia. Desde luego no se puede decir que mis embarazos hayan sido muy tranquilos… jeje
Muchas gracias, guapa!!
Madre, qué aventura. Mira que lo vivimos casi en directo, pero leerte me alucina, qué miedito ese momento vamos aponer una inyección para madurar sus pulmones. Lo importante es que todo salió bien y las fotos de tu barriga son geniales. Seguro que esta historia ayudará a Tritón a ligar en el futuro, jaja
Jajaja… Me lo acabo de imaginar mirando a alguien seductoramente y exagerando la historia… xD Me parto.
Ya es mala suerte, pero lo importante es que estáis bien, aunque si eso mejor buscamos un trébol de 4 hojas y dejamos la mala suerte de lado ;)hay unas costuras elásticas, hay que vigilarlas más para evitar infecciones y son más caras por ambas razones no las suelen usar o algo así me explicaron
Deberían perfeccionar esas costuras elásticas… jaja
Pues sí, estando los dos bien, todo ha quedado en una anécdota 😉 Menos mal!!
Muchas gracias por comentar!! 🙂
Hija, qué mal rato pero qué arte tienes para contarlo, y para vivirlo sin entrar en pánico supremo (al menos es lo que transmitiste!!!). Estoy con Keka Mamá K, esto es carne de historia para tu retoño en cuanto cumpla los… bueno, los años que sea cuando empiece a ligar, jejeje
PD: Cama-arriba, cama-abajo XDDDDD
Mira que yo soy una cagona, pero cuando las cosas vienen peor, yo creo que relativizamos. 😉 Y además que quiero ser estandarte de #OptimismoVital, así en general de las cosas, y era una buena ocasión para demostrarlo 😉
Ay, mi pequeño ligoncete… Eso habrá que verlo… xD
PD: Pensar en Homer también ayuda a tomar las cosas con humor xD
Las cosas pasan cuando menos te lo esperas! Por suerte historia con final feliz! Pero que sustaco! Un besote!
Sustaco del bueno… ayy… Siempre recordaré el momento de llevarme la mano a la tripa para «contactar» con el Tritón… ;P
Un besote!
como madre friki rarita que se precie, tenía que pasarte algo así 🙂 que te mejroes prontito!! aunque sigues por aquí, que no te quitamos de publicar ni con agua hirviendo, qué digo? ni con una apendicitis!! así que muy mal no estás jaja Ponte buena!
Si ya estoy bien! Un mes de baja y listo 😉 Eran los médicos los que no me querían dar el alta. No saben que todavía no han encontrado todos mis horrocruxes. XD
Pues la verdad es que transmitiste mucha serenidad x whatssap, yo que soy aprensiva, pensé: qué temple tiene, Julia!. ¡Qué emoción debió ser notar a Tritón moverse en la tripita tras la operación! Y las grapas si que era un poco Dr.Frankestein, la verdad. Besitos y qué bien que ya lo tengas superado!
Fue un momento complicado, de esos que tienes que decidir si lo vas a afrontar con calma o con ansiedad. 😉
Sin duda, notar al protobebé fue de lo mejor 🙂 Tranquilizador 100%.
Vaya susto! Menos mal que todo fue bien. Yo pensé lo mismo que Sonia, que parecías bastante tranquila dada la situación. Yo habría estado histérica. Campeona! Besos
Ay, muchas gracias, Marian! Supongo que se hace lo que se puede… 🙂 Gracias, guapa!
Una aventura más que contarás a tu pequeño y que él contará a los suyos cuando sea mayor.
Y todo el mundo le dirá… ¿Ooootra vez vas a contar lo del apéndice de tu madre? Jajajajaja.
Me encanta como te lo tomaste.
Un besote
Jajaja… Igual sí, igual lo toma como historia suya, que al final lo es, claro. ¡Y de las primeras! 🙂
Muchas gracias, guapa 😉
¡Ay, Julia! ¡Qué mal lo pasaste! Lo importante es que todo salió bien. Aunque está claro que el mal trago, el dolor y la preocupación del momento….no te lo quita nadie. Un abrazo.
Sí, Marta, muy buen momento no fue. Pero oye, que me quiten lo bailao, ahora ya tenemos anécdota, tanto él como yo, para la próxima vez que se hable a mi alrededor de un embarazo… y con herida de guerra! 😉
Maaaadre mia!!!No tenía ni idea de que esto podía pasar! O_O yo me hubiese muerto del susto… uf!me alegra que todo pasase bien y pronto! Menuda historia para contarle a tu pequé… 😉 Saludos!
Pues sí, ¡fíjate! Principalmente lo comparto para que lo sepa más gente. Que oye, la posibilidad está ahí 😛
Jeje… Muchas gracias. Historias de las de «¿Otra vez, mamá?».
Pobre!! De solo imaginarme las grapas sin estirarse con el crecimiento de la tripa me ha dado grima :s , lo bueno es que están bien los dos… Muchos besitos!!
Siiií… Yo es lo que pensaba: «Tritón, no crezcas mucho, que le duele a mamá» 😛 Pero bueno, ahora a curar las cicatrices y listo! 😉
Una valienteee, nada de quejicaa!!! A mi tb me parecio notatte muy calmada por whatsapp, pero un mal rato para cualquieraaa!!! Menos mal q ya paso todo y ahora al 100% again!!! Un besoteeee
Quejica y valiente, una cosa no quita la otra… jejeje
Un beso fuerte!
Uff,qué experiencia Julia. La verdad es que es mala suerte que llegase en el embarazo. Yo no he pisado un hospital,salvo para dar a luz al peque,me da miedo cualquier operación. Lo mejor que estáis los dos bien.
Muchos besos
Yo a los médicos les tengo aprecio y respeto, así que por ahí iba tranquila. Pero por lo demás… ay, omá… 😛
Pero lo dicho, estamos estupendos!! 🙂
[…] le di teta a discreción y, al final, Apiretal por prescripción médica del abuelo (ya conté que mi padre es […]
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[…] tal como dice, viajé a Namibia estando embarazada del Dragón. Dos años después, me operaron de apendicitis estando embarazada del Tritón. En el futuro, espero, visitaré la nieve, pero sin dar a luz nada más. Dos, diría […]