Hace unas semanas llegaba a casa Qué desastre, Lottie Brooks, un libro que se nos presenta como un diario (el de Lottie) de una niña de 11 años. Escrito por Katie Kirby, nos llega este libro que ha derrotado en casa a la mismísimas J.K. Rowling en una épica batalla literaria.
¿Qué encontrarás en este artículo?
QUÉ DESASTRE, LOTTIE BROOKS
- Autoría e ilustraciones: Katie Kirby
- Editorial: Duomo Ediciones
- Páginas: 420
- Encuadernación: Cartoné
- Edad recomendada: 9 en adelante
- PVP: 14,90€ en vuestra librería de cabecera u online aquí.
Como decía, Lottie tiene 11 años (y tres cuartos) y su vida se acaba: tiene que empezar en un nuevo instituto, sin sus amigos, con un corte de pelo normalito y (lo que para ella es peor) aun sin sujetador.
Así, vamos conociendo el día a día de Lottie en esta nueva vida, por medio de su diario (ultra mega secreto), donde va narrando todo lo que le pasa, tanto en casa, en el instituto y por la cabeza (que no son pocas cosas).
LOOTIE BROOKS CONTRA J.K. ROWLING
Esta es la historia sobre cómo Katie Kirby se enfrentó a J.K. Rowling (seguro que sabéis quién es) y salió victoriosa. Para ello, debemos retroceder a un par de semanas antes de que llegara a casa Qué desastre, Lottie Brooks, cuando mi hija empezó a leerse El Ickabog, la última creación de la autora de esa saga donde Hermione y Neville van salvando a Harry Potter de cosas.
En aquella época, aunque avanzaba en su lectura, no mostraba excesivo entusiasmo sobre el cuento de hadas de la polémica escritora, como pude comprobar en el momento en el que el diario de Lottie llegó a sus manos. Y es que tras hojear este último para ver qué ofrecía, dejó de lado, sin pensarlo, la otra lectura y, además, pasó a leer a cualquier hora.
Normalmente se autoimpone una hora de lectura muy concreta (antes de acostarse), pero desde que Qué desastre, Lottie Brooks está en sus manos, aprovecha cualquier momento para abrirlo y leer, un claro beneficio de que los capítulos del libro sean breves y puedas abrirlo, leer algo rápido y dejarlo con plena satisfacción y sin dejar algo por la mitad.
A esto, hay que sumarle que, durante su lectura, la conversación de camino al colegio de todas las mañanas se basa en explicar todo lo que le pasa a Lottie con sus amigas y familia, todo aderezado con muchas risas.
EL DIARIO DE UNA NIÑA DE 11 AÑOS (Y TRES CUARTOS)
Y es que Qué desastre, Lottie Brooks, está muy bien escrito. Por supuesto, sería complicado que una niña de esa edad escribiera tal como lo hace Katie, sin embargo logra tener un tono y frescura estupendo para que las y los lectores puedan sentirse identificados con las cosas que le pasan a nuestra protagonista.
Desde luego está el asunto de enfrentarse a un instituto nuevo, en el que no conoce a nadie o el “problema” de tener un hermano pequeño, muy fan de chincharla (y de la LEGO Película, por lo que tiene mi amor eterno) y otro en camino (drama).
Un punto clave para mi en el libro es cuando Lottie se preocupa porque descubre que le están saliendo pelos en las piernas y… bueno, la lia un poco (no os voy a contar como porque es una lectura maravillosa y prefiero que lo descubráis). Una vez que su madre se entera de lo que pasa, se lo deja claro: no tiene por qué hacer las cosas por lo que los demás digan. El bello es algo normal y natural, pero SI QUIERE depilarse, porque se sienta incómoda, es mejor que pida ayuda para hacerlo bien.
(Yo esto me lo leí antes de darle el libro a mi hija, cosa que hice ipso-facto porque sabía que la dejaba en buenas manos).
El libro está repleto de ilustraciones GRACIOSÍSIMAS explicando las cosas que le pasan a Lottie. Dibujadas, claro, como si las hiciera ella misma (que no se aleja mucho de mi nivel de dibujo, por cierto).
POR QUÉ NOS GUSTA (O NO) QUÉ DESASTRE, LOTTIE BROOKS
Bueno, igual ya habéis podido leer entre líneas que el diario de Lottie es un rotundo SÍ. Es un libro divertidísimo, que te empuja a leer y seguir leyendo a cada rato que tienes, con situaciones que mezclan lo rocambolesco con otras que podrían pasarle a cualquier niña o niño de esas edades.
Sin duda, cuando tanto una niña de 10 como su padre de 38 están entusiasmadas con una lectura, es que algo tendrá.
