Despecho: La última teta

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Así, un nombre épico. Como «El último mohicano». O «La última cena». Éste sería más apropiado, por lo del referente culinario (y porque también tiene su punto dramático). O, pasando al inglés, «The Last of Us», que pega más con el espíritu friki de este blog (por aquello de que es un videojuego de los que, por cierto, me gusta mirar, porque soy voyeur-gamer).

La última teta. Esa teta que no sabes muy bien cuándo llegará. Cuando, allá por los albores de este blog os expliqué que soy madre, os dije que cada vez comprendía más a gente con estilos de crianza más diversa. Al final hay un estilo por persona. Y personas somos un huevo. Y yo, como persona, antes de ser madre, decidí que quería dar la teta a mis hijos. Y que quería extenderlo razonablemente lo máximo posible, intentando que afectara lo menos posible a mi independencia (ay, alma de cántaro…).

Sin entrar a valorar en qué es mejor (que la ciencia lo ha dejado claro y la OMS lo confirma a muchos niveles: es la teta) ni por cuánto tiempo (aquí la OMS también recomienda 6 meses de solo teta y luego prolongarla hasta los 2 años o más), creo que hay que tener la mente abierta a las distintas casuísticas familiares y, sobre todo, ser comprensivos sin juzgar. [Nota: Sí, este párrafo era estrictamente necesario, me lo recomienda mi abogado o algo].

Foto en blanco y negro. Juls dando el pecho al Tritón recién nacido (1 mes) junto con María (La Furgoteta) amamantando a Olimpia. Mirada cómplice y sonrisa entre madres lactantes.
Madres lactantes: María (La Furgoteta) y Juls. Fotografía de Luz (Ha nacido una mamá).

Por cierto, a todo esto… Yo digo teta. También digo «dar el pecho» o «lactancia materna», pero cada vez eso me suena más cursi y yo, con el paso de los años, me estoy volviendo muy-de-todo-menos-cursi. Además, «teta» es bonito. Y fácil de decir. Probad: teta teta teta…

«LA OTRA»: LA TETINA DEL BIBE

Voy a reconocerlo: Yo tenía un plan. Yo tenía en mente mínimo 12 meses (paralelamente, mi marido tenía en mente máximo 12 meses, pero aaaamigo, aquí la central lechera soy yo…). Y, a partir de ahí, según fuera ocurriendo el destete, pues de manera progresiva.

Y ahora, voy a asumirlo: Mis hijos se han pasado mi plan por el forro. Tras unas semanas difíciles intentando enchufarles el biberón por necesidad (al reincorporarme al trabajo) cuando lo más maravilloso del mundo era la teta, ambos se fueron enamorando de la tetina de silicona. Lenta e irremisiblemente.

Juls de fondo mirando con recelo varios bibes de colores en primer plano
Juls mirando con recelo a «las otras» (tetinas).

El bibe. Ese instrumento del mal que, la primera vez que se lo ofrecimos a los niños, me sentí orgullosa al verles rechazarlo. «Bien, pequeño, eso es… Demuestra que mamá te gusta más que esa cosa«. Sí, sí… Ya sé. Pensamiento absurdo. ¡E ilógico, porque me interesaba que se adaptaran! Pero, sin ir más lejos, no soy la única madre que confiesa haber llorado la primera vez que vio a su retoño con un chupete. Yo qué sé… ¡hormonas! La culpa es de las hormonas. Por ejemplo.

Un biberón para dominarlos a todos. Al final lo aceptan la mayoría. Los bebés, digo. Las madres también. Algunos se adaptan tan bien al biberón que empiezan a mirar la teta con otros ojos. Cuando digo «algunos» me refiero a los míos. A los dos. 12 meses… ¡JA! ¿Para qué esperar 12 meses pudiendo dejarme tirada antes? Sí, he dicho «dejarme tirada». Porque una tenía unas expectativas. Pero nada, pa qué.

A MÍ ME HAN ABANDONAO

11 meses aguantó el Dragón antes de decirme, con tacto y sutilmente: «Hasta aquí hemos llegado, mamá… Ha sido un placer, hemos disfrutado mucho, pero algún día tenía que terminar. No llores, que no es por ti, es por mí…». Su sutileza se plasmó en ir mamando progresivamente menos tiempo y demostrar que, al terminar, pues oye, seguía teniendo hambre «y no me vendría mal un poco de bibe, si no os importa, queridos progenitores». Al final ya solo mamaba dormido. Y los últimos días casi que un besito y basta. Fue gradual. Más majo…

El Tritón… Es el motivo de estas letras, obviamente. ¡El que no quería bibe! El que, os juro por los dioses, parecía que no se iba a querer separar de su teta nunca. «Para mí que éste pasa del año mamando», le decía yo al padre de la criatura. La madre que me parió… Dicen que los hermanos menores crecen más deprisa. Que espabilan antes. Jopé, pero, ¿tanto? En cuestión de dos semanas, pasó de exigirme con ansia su teta de reencuentro post-guardería a, literalmente, apartarme la cara cuando se la ofrecía a su hora. Pero, apartarme la cara, además, con los labios muy apretados, ¿eh? En plan «Por favor, madre, ¿qué te hace pensar que voy a comer de ahí? ¡Qué asco! ¿Teta yo? ¡Jamás!».

Entre medias de esos dos puntos, hubo algunos momentos de sentimiento de rechazo absoluto de estar mamando (un poco a desgana, todo sea dicho), el peque ver aparecer el ya necesario bibe-de-después y soltar la teta instantáneamente para agarrarse con brío al plástico de colores. Ehmm… Nada, tú a lo tuyo, ¿eh? Por mí no te preocupes. Pero ni por mí ni por mis sentimientos, vamos (o lo que queda de ellos después de que los hayas pisoteado cual vaso de plástico en festival de música heavy…). Eso sí, tras dos días sin mamar que ya pensaba que lo había perdido para siempre y sin avisar, al menos me concedió una última vez. La última teta. La teta de despedida.

9 meses tiene el tío (qué fuerte, y parece que fue ayer cuando lo parí –de pie y sin epidural, mamón, ¡y así me lo agradeces!-). Y ya me ha abandonado. Y ahora lo digo con tono de humor (y un resquemor bastante poco sutil que igual habéis notado), ¡pero no veáis las lloreras que me he pegado a cuenta de este destete! Que más parece que me hayan destetado a mí que al bebé. Y él tan pancho. Y creciendo sano y fuerte, claro. ¡Todo para dejarme mal!

DESPECHADA: «PUES AHORA TE VAS A ENTERAR»

Pues sí, estoy despechada. Y nunca mejor dicho: des-pechada. Pechada, de pecho. Lo habíais pillado hace rato, ¿no? El caso es que he hecho propósito de enmienda y tengo planes para mí. Grandes planes. Uno de ellos se titula: «Café, oh, café». Otro: «Cómo volver a coger el puntillo con media Mixta». Que nunca tengo en casa, pero oye, ya solo tener la posibilidad, mola.

Triton-bibe-colorY, por otro lado, ver crecer a mi bebé. Porque sigue siendo un bebé, a mí no me engaña. Aunque ya gatee como una bala persiguiendo a su hermano mayor por la casa. Aunque ya se ponga de pie y dé pasitos agarrado a la mesa. Aunque ya diga «papá«, porque obviamente hasta en eso su madre va después. Aunque ya no quiera teta. Aunque ya no quieras teta, Tritón. Seguiré acompañándote día a día en tu afán por descubrirlo todo y crecer rápido. Muy rápido.

Porque te quiero como a nadie en este mundo. Porque eres único. Y porque eres mi niño. Mi niño pequeño. Mi bebé.

21 COMENTARIOS

  1. Ufh, a mí me da penica ese momento y yo lloré como tú esa primera vez que agarra una tetina y me sustituye, aunque da una libertad a la madre increíble, tb te sientes desterrada, pero es lo que hay
    . Espero seguir durando unos meses más. Por aquí intentaré mínimo 12 meses, aunque como en tu caso, el padre pretende máximo 12 meses.
    No sé, a ver que pasa, con los otros fueron unos 6 y 11 meses aprox. O eso creo recordar, que ya con tanto pirata se me va la cordura. 😅

  2. Y lo bien que lo has hecho durante estos meses , ¿qué? ¿eh?
    Y lo que mola que sea un destete respetuoso, dirigido por ellos…
    Mira mi hijo… Aferrándose a la teta como si no hubiese un mañana después de 3 días sin verla.
    En esta historia siempre somos las segundonas, pero orgullosas.
    Y me congratula muuuuuucho que ya seas libre de tomar café y Mixtas.
    De hecho la próxima vez que nos veamos te invito y brindamos, ¡sin medida!

    Un besote

    • Definitivamente ese destete respetuoso es lo más deseable. No estoy segura de que haya sido muy respetuoso conmigo, pero desde luego con él sí, que es lo importante ;P
      Brindemos, Olga. ¡Brindemos! 😀

  3. Jijiji ellos deciden, pixelillo llegó a los 32 meses, que sí, que es muchísimo para unos, lo normal para otros y para otros solo el comienzo. Lo importante es que tanto la mamá como el peque o peques estén felices, así que tu piensa en el café y se feliz 😂😁😁😁

  4. Ese momento traumático…jajaja, me has sacado alguna carcajada recordando las llantinas que me pegaba cuando el mio a los 5 meses (ya estaba el pobre en la guarde) empezó a hacerme esos feos, y a los 6 me vino a decir que guardara la teta y dejara de intentar meterla en su boca ¡por dios!
    Al final siempre crecen más rápido de lo que nos gustaría, pero como bien dices podrás volver al café, y oye! que no está nada mal!! Ánimo!!!!!

  5. Ayyy, qué difícil es dejarlo cuando la decisión es del otro… en mi caso la «otra» soy yo. A los 4 años, y tras duras y dificilísimas negociaciones dijimos adios a la teta. El que diga que duele igual abandonar a ser abandonado miente vilmente, y a mi me toca explicar y acompañar a mi churumbel en su duelo.

    • Jooooo… No lo quiero ni imaginar. Definitivamente yo prefiero esto que me ha pasado a mí porque no le veo sufrir. No podría soportar llantos de mi hijo pidiendo algo que razonablemente podría darle, pero claro… Buff… Son tantas cosas. Independencia, presión, libertad… Debe ser muy duro, sí, Icíar… Ains…

      • Llantos no ha habido porque hemos hablado laaaargamente del tema antes (ya digo que han sido muchas y muy duras las negociaciones, pero fructíferas al fin y al cabo), pero sí insistencia como sólo un niño sabe. Me refería a que el que más sufre siempre es el «abandonado».
        Yo he aprovechado la coyuntura para sotarle el rollo de mi cuerpo es mío (y el tuyo es tuyo), nadie manda en él más que yo, y no hay que hacer cosas que no te apetezcan por agradar a nadie aunque le quieras a morir… no hay mal que por bien no venga.

        • Que sepas que me caes muy bien xD ¡¡Necesitamos más educadores como tú!! Negociar, hablar, explicar… y aprovechar para empezar con esa conversación de «mi cuerpo es mío»… ay… 😀 ¡Qué bien! Me recuerda un post que escribí hace unos meses sobre el Kit de Protección Educo. Muy duro, pero necesario. Ains…

  6. Qué sincera y bonita manera de contarlo Juls. Gracias por compartirlo con todos! Seguro que contarlo te ayuda como parte de la terapia despechil!

  7. Uy, ese no lo he leído. Me pongo a buscarlo ;-). A mi me encanta leerte, y, por lo poco que hemos coincidido, tú también me encantas :-). Gracias por compartir tantos sentimientos y experiencias, me parece muy valiente.

  8. Ay, Juls, te entiendo perfectamente, con 14 meses se destetó Brutote y ni me preguntó que qué tal me venía y yo lloré e insistí pensando que quizás era otra crisis más. Pero no, aquí mi hombrecito me dijo que la teta ya no era para él.
    Conseguiremos coincidir en el espacio tiempo para ponernos contentillas con una mixta para las dos? Ahora te toca esperarme a mí, no te vayas a preñar próximamente

  9. Jaja si el que sufre siempre es el despechado (¿vendrá despecho del hecho de dejar el pecho así a las bravas?)… Bueno, pues que yo estoy en el bando contrario queriendo destetar a mi hijo de 15 meses sin despecharlos, porque él aguantó la reincorporación al trabajo, una mastitis con alergia que me obligó a estar 10 días sin darle nada de teta y muchas otras, pero yo creo que ya ha llegado el momento y estoy intentando lidiarlo con él.
    Un saludo

  10. Debe de ser duro. Yo llevo 15 meses y ni me lo había planteado.
    Solo pensarlo me da pena. No se la quiero quitar pero este no tiene pinta de no querer.
    Se vuelve loco con la teta.
    Y eso que trabajo y no la tiene de 8 a 3
    Bueno suerte n la nueva etapa

    • Yo pensaba lo mismo, ¿eh? Que mi hijo ni de coña iba a querer soltar la teta. Imagina la decepción xD
      Espero que os vaya genial a vosotros y que vuestro destete sea respetuoso (¡para ambos! xD)
      Gracias por comentar 😀

  11. Qué bueno el post!!! Me encanta el tono en el que lo escribes. Yo a los 2 los tuve que destetar. Al Melocotón porque la frutita llegaba a al poco y no quería que fuese justo cuando ella llegará, para que no sintiese que lo quitaba por él. Le costó al principio, pero me demostró ser muy maduro para sus casi 3 años y se adaptó a ello pronto.
    A Manzanita se la tuve que quitar con 15 meses porque me salió un herpes en el pezón de la única teta de la que ya tomaba, y aunque ella tomaba solo por las noches y de una como te he dicho, que a priori el destete habría sido más fácil… le costó muchísimo más y se la tuvo que llevar mi «buenasuegra» a dormir un par de días para que no llorase por las esquinas por las noches.
    Así que aunque ahora te sientas resentida, creo que has teñido suerte que lo hayan dejado ellos libremente, se pasa muy mal cuando es por obligación viéndolos sufrir a ellos 😔 Además maja una buena media.
    Como siempre tus post me atrapan 😘😘

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