Bueno. Las cosas claras. Estoy «muy embarazada» (de 8 meses y medio), y éste es mi segundo hijo… Esto ya está aquí.
Recientemente os he contado que el Síndrome del Nido aún no se ha apoderado de mí y que más bien voy como pollo sin cabeza por la casa y por la vida, y también os he hablado de mi miedo al dolor en el parto. La situación es esta: por muy cómoda que me encuentre yo con mi estado actual (bendito Pilates, gracias por mantenerme en plena forma) y lo a gusto que esté sin pensar mucho en el tema de que voy a ser bimadre detro de muy poco, al final, quiera o no, voy a acabar pariendo.
De hecho, en los últimos días he empezado a notar una serie de contracciones diferentes. Esas que ya empiezan a doler un poquito. Esas que ya dan miedo. Puede que sea la ansiedad acumulada por tener tantas cosas pendientes (comprar un Mordormóvil nuevo -un Sombra Gris-, mudarnos a una morada más grande, matricular al Dragón en la escuela de muggles (de momento, esperaremos la carta), ultimar adquisiciones tritonianas, montar muebles…) o puede que sea que el Tritón is coming, pero el caso es que esto se acerca y el miedo no termina de marcharse.
En mi alarde de convertirme en vuestra Mordorpedia particular, os comento que existe una cosa que se llama tocofobia, que es el miedo irracional y obsesivo al parto, que sería primaria si es para el primer parto y secundaria para las que ya tenemos experiencia en esto de parir. Las que lo sufren son mujeres que directamente evitan quedarse embarazadas, solicitan activamente una cesárea si se quedan o piden una esterilización, por ejemplo. Pero no os preocupéis, que servidora en absoluto llega a esos niveles. De hecho, a veces es bueno ver hasta dónde llega el miedo de otras personas para darte cuenta de que, en realidad, ¡lo tuyo no es para tanto!
Eso sí, tengo (mucho) miedo al dolor en el parto, a la soledad e incomprensión del posparto (me siento muy identificada con esta carta de @LaSonrisaDespeinada), a la duda de cómo es posible querer al segundo hijo tantísimo como al primero (porque es tanto tanto que se me antoja imposible… pero sé que me voy a sorprender), a dejar de tener tiempo para mí, un poco a desaparecer detrás de ese bebé…
En estos casos, ante tantos miedos, lo que me podría recomendar a mí misma (consejos vendo…) principalmente es:
- Buscar información, documentarse. Muchas veces la intranquilidad viene del desconocimiento. Es bueno saber, en la medida de lo posible, dónde se va a parir, quién puede atender el parto, cuál es el protocolo (o llevar un propio plan de parto), así como qué le va a pasar al cuerpo desde el punto de vista fisiológico. Podría ilustrar este post con un vídeo del proceso, pero tampoco lo veo necesario…
- Apoyo social. En la pareja, principalmente, pero también en familiares y en esa tribu o red social que te apoyará una vez estés «sola» con tu bebé
. Las personas que tendrán hijos más o menos al mismo tiempo que tú y con las que compartirás dudas y temores. Con el Dragón tuve la oportunidad de asistir a un curso d
e masajes de bebés y recuperación posparto que fue de grandísima ayuda. - Respirar y otras técnicas de relajación. No sólo para el parto sino para antes y después. Antes, para los miedos y temores. Después, para la desesperación de las noches sin dormir y la incomprensión de ese bebé que llora y aún no identificas por qué.
- En la línea de lo anterior, salir a dar un paseo, pedir ayuda, quedar con amigos, pedir ayuda, ver series frikis, pedir ayuda (es que, parece fácil, pero a algunos nos cuesta mucho)… Y, sobre todo, disfrutar de las cosas buenas que te ha traído esa pequeña criatura. Esos esbozos de sonrisas involuntarias (luego voluntarias), las miradas atentas de esos ojos nuevos que te acabas aprendiendo, esos momentos especiales de conexión…
En definitiva, centrarse en lo importante y saber que lo malo pasa y que se queda lo bueno. Que lo bueno es lo mejor del mundo. Y, además, estará para siempre…
Como bien dices te sorprenderás de como el amor se multiplica en vez de dividirse, por mucho que suene a tópico, En cuanto a todo lo demás ya conté un poco en la carta de esta semana y aún podría haberme explayado más, es que un parto es todo un terremoto a nivel físico, hormonal y psicológico que tiene sus réplicas durante varios meses. Pide ayuda. Llora. Grita. Ríe. Y sobre todo hunde tu nariz en ese precioso bebé que vas a traer al mundo.
GRACIAS. De verdad… de verdad 🙂
guau. Mucho ánimo!
Gracias, Celia!
Te entiendo totalmente, cuando tuve al segundo estaba igual. Verás que irá todo genial.Muacs
Yo tengo pavor al parto ahora mismo y ¡ni siquiera estoy embarazada! Jajaja. Y al postparto ya no te cuento. Pero veras como te va muy bien. Además, que todo se acaba y todo pasa. ¡Ánimo!
Eso es cierto. Terminará. Pasará. 🙂
Te puedo confesar aquí entre nosotros, que mi proceso de querer a Luje igual que a Super Mario, está siendo lento y progresivo, aunque sí que está llegando.
Con el mayor sientes un amor infinito que ha ido creciendo en 2 años (en mi caso). Y de repente llega el nuevo bebé y, de entrada, no creo que nadie pueda decir que ya lo quiere igual desde el primer segundo. Ese amor acumulado de 2 años es muy fuerte.
De la misma manera, no quería igual a Mario el primer día que ahora. Cada día se quieren un poquito más.
Creo que lo definitivo será cuando Luke por fin diga papá, venga a mis brazos… poco a poco.
Acabas de aliviarme de un peso ENORME y por ello, la Julia posparturienta y yo te damos las gracias. De verdad. Porque esa presión de «ya verás como el amor es infinito» motiva, pero lo que me dices tú, relaja. Gracias 🙂
Creo que fuera de eso todo lo demás es postureo y darse golpes en el pecho!
Te comprendo totalmente, tengo uno así que no puedo hablarte de experiencias de 2, mucho ánimo, es normal sentir miedo y ansiedad, sobre todo si ya has vivido un parto y tienes bastante idea de lo que te vas a enfrentar, Aquí estoy a la orden para desahogos, preguntas, escuchar, escuchar y escuchar, yo lo necesité tanto cuando pasé por eso que soy voluntaria para escuchar cuando otras madres lo están pasando, las mujeres tenemos que apoyarnos en esta etapa, y a veces pareciera que hemos perdido esa comprensión, que se nos olvida cuando fuimos nosotras las que nos sentíamos tan vulnerables, pero aquí estamos algunas. ¡Besos y feliz parto!
Mil gracias. Desde luego esa es la sensación, de vulnerabilidad. Pero hoy que ha avanzado un poco el proceso me he visto algo más fuerte. A ver qué tal se da…
[…] ese momento por mi miedo al dolor. Eso me hizo buscar ciertas estrategias para evadirme de la ansiedad que me estaba invadiendo. Una de las que se me ocurrieron para el momento del parto en sí, como ya […]
Con el embarazo tan complicado que estoy teniendo, leer que no estoy sola me lo hace menos cuesta arriba… Ahora que ya tienes a tu pequeño, va mejor la cosa?
La verdad es que con él ya en brazos todo es diferente. Por fin terminó esa etapa y esos miedos asociados. Ahora empieza otra, claro, pero se afronta de manera diferente. 😉
Ánimo. Esa etapa es dura, se hace cuesta arriba, pero termina. Y podrás hacerlo.
Muchas gracias bonita =)
[…] muchos era conocido que yo le tenía verdadero pavor al parto. Específicamente, le tenía miedo al dolor del parto en sí. Tanto es así, que cuando el 7 de junio llegué de madrugada al Hospital de Torrejón y una […]